Pedro Antonio de Alarcón es un hábil narrador, capaz de mantener en vilo al lector con una historia, y, aunque el marco espacio-temporal de sus novelas suele ser de estilo realista, sus personajes siguen siendo, en el fondo, románticos. Con él se produce el tránsito desde el Romanticismo a la nueva estética realista.
En su temática tiene una fuerte presencia el mundo especular de la mente y sus criaturas. 
Alarcón es un escritor que está en la senda de Kafka, Flannery O’Connor, G. K. Chesterton o Herman Hesse.
Falleció en Valdemoro (Madrid) en 1891.